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Frenillo lingual corto (anquiloglosia): qué es, problemas derivados y tratamiento
La anquiloglosia, popularmente conocida como frenillo corto de la lengua, es un trastorno congénito en el que existe una cortedad anormal del frenillo lingual. Esto puede llegar a causar grandes molestias, principalmente durante la lactancia materna. Afortunadamente, se puede corregir con un procedimiento quirúrgico simple.
En este artículo de Dentaly te explicamos todo sobre la anquiloglosia: ¿por qué se produce?, ¿qué problemas puede ocasionar?, ¿es doloroso?, ¿cuáles son los tratamientos? Acompáñanos y aclara todas las dudas sobre este defecto del frenillo lingual.
¿Qué es el frenillo lingual corto o anquiloglosia?
La palabra anquiloglosia literalmente significa “lengua atada o anclada”. El frenillo lingual es la membrana o telilla que une la base de la boca con la cara dorsal (inferior) de la lengua. Su función es evitar que la lengua se desplace fuera de su lugar.
Sin embargo, en la anquiloglosia, este frenillo es inusualmente corto, grueso o denso, lo que ocasiona ciertas molestias y complicaciones dependiendo de lo limitado que esté el rango de movimiento de la lengua.
Causas y factores de riesgo del frenillo corto lingual
Aunque la causa de la anquiloglosia aún no está clara, se considera que tiene un componente genético y que en determinados casos es hereditaria, ya que se observa el frenillo corto en diferentes miembros de una misma familia.
Es más frecuente en niños que en niñas.
Signos y síntomas del frenillo corto
Los signos y síntomas más frecuentes del trastorno de frenillo lingual o lengua presa son los siguientes:
Problemas para llevar la lengua hasta los dientes superiores o para moverla de un lado a otro.
Dificultad para sacarla más allá de los dientes delanteros inferiores.
Al extenderla, muestra forma de corazón o una especie de hendidura característica.
Tipos de frenillo lingual corto
Veamos lo primero cómo es un frenillo lingual normal vs uno corto. El frenillo normal debe medir más de 16 mm, mientras que el frenillo corto como mucho alcanza esa longitud.
De todas formas, un frenillo corto no necesariamente implica un problema, ya que aunque tenga una longitud reducida es posible que el paciente pueda realizar todas sus funciones con normalidad.
A continuación encontrarás la clasificación de la anquiloglosia en 4 tipos según su severidad y la longitud del frenillo:
Grado I:
Leve.
Grado II:
Moderada.
Grado III:
Severa.
Grado IV: Anquiloglosia total.
El frenillo mide 12-16mm, pero no dificulta los movimientos y funciones normales de la lengua.
El frenillo mide 8-10mm y puede causar problemas durante la lactancia y alteraciones en el lenguaje.
El frenillo mide 3-7mm. El movimiento lingual está muy limitado, lo cual dificulta la succión, deglución, fonación y masticación.
El frenillo mide menos de 3mm. La lengua está completamente fusionada con el suelo de la boca. Es muy difícil realizar las funciones de succión, deglución, fonación y masticación. En algunos casos, también se pueden presentar problemas periodontales.
Problemas y complicaciones de una lengua anclada
El problema principal se presenta en los bebés, durante la etapa de la lactancia materna. La anquiloglosia en los bebés les impide realizar la succión y la deglución apropiadamente. Esto causa que el bebé no aumente de peso como debería, se frustre y se irrite al no poder alimentarse apropiadamente. En algunos casos puede causar dolores a la madre ya que el bebé solo mastica el pezón una y otra vez.
Posteriormente, cuando el niño empieza a desarrollar el habla se presentan los problemas de fonación ya que le resulta imposible llevar la lengua hasta el paladar para pronunciar correctamente las palabras.
La anquiloglosia puede afectar a la madre y al bebé durante la etapa de lactancia materna, ya que el pequeño no es capaz de realizar la succión y la deglución apropiadamente.
Problemas y complicaciones para la madre
La mamá puede sufrir grietas en el pezón por la fricción y excesiva presión a la que este se ve sometido, e isquemias por su compresión contra el paladar. También infecciones bacterianas o mastitis de repetición a consecuencia de las heridas y el mal drenaje de los conductos galactóforos.
En estos casos, dar el pecho puede resultar bastante doloroso y desagradable.
En ocasiones, hay una falta de leche (hipogalactia) hasta que se estimula su producción con un extractor o se corrige el frenillo. Otras veces, las glándulas mamarias disparan la producción (hipergalactia). Esto hace que las mamas se llenen en exceso (ingurgitación) y se pongan hinchadas, duras y dolorosas. También provoca subidas de leche entre tomas.
Además, estas pueden ser interminables, ya que los bebés con anquiloglosia no sueltan el pecho por sí mismos y suelen mostrarse llorosos e irritables.
Problemas y complicaciones para el niño
Las consecuencias de un frenillo corto en los niños pueden variar mucho, y aunque a corto plazo pueden afectar negativamente a la lactancia, a medio y largo plazo causan también otros trastornos.
Algunos no aumentan de peso debido a la succión ineficaz, que se relaciona con una escasa producción de leche. Otros lo hacen con normalidad o de manera llamativa.
Cuando hay hipergalactia, los bebés toman mucha leche de inicio (la que se obtiene primero al bombear), que es más rica en lactosa. Esta es más difícil de digerir y puede dar lugar a deposiciones verdes, malolientes y explosivas, muy diferentes de las típicas del lactante. También son más propensos a sufrir regurgitación y molestias intestinales (gases, cólicos).
Al nacer, todos los bebés tienen el paladar alto y cerrado, pero a medida que la lengua se mueve eficazmente en la cavidad oral, éste se va abriendo y descendiendo. Si la lengua no tiene capacidad de elevación debido a un frenillo corto, este cambio no se produce, lo que afecta a toda la estructura maxilofacial.
Al quedar el paladar más elevado, las aberturas posteriores de las fosas nasales (coanas) ven reducido su diámetro, lo que hace que los bebés respiren más por la boca que por la nariz, duerman con la boca abierta y ronquen durante el sueño. Los problemas respiratorios se deben a la entrada de aire a los pulmones directamente por la boca. Ese aire no filtrado por la nariz contiene más partículas dañinas y es más frío, lo que les predispone a sufrir bronquitis y neumonías. Asimismo, aumenta el riesgo de apnea del sueño.
Los niños con anquiloglosia también son propensos a sufrir otitis, debido a un mal drenaje de la trompa de Eustaquio.
Otro problema derivado es la maloclusión dental. Cuando empiezan a salir los dientes, estos pueden nacer desplazados o encabalgarse, lo que unido a la deformación del paladar puede requerir costosos tratamientos odontológicos.
Cuando los niños con frenillo corto crecen, surgen problemas logopédicos en la pronunciación de las consonantes “t”, “d”, “z”, “s”, “r” y “l” (dislalias o trastornos de articulación fonética).
Para los niños mayores y los adultos con un frenillo sublingual corto suele ser mucho más difícil quitar los restos de alimentos de los dientes, por lo que la higiene bucal es más deficiente. Esto es debido a que se forma una brecha o espacio entre los dientes delanteros inferiores y la lengua. Esto aumenta la incidencia de caries e inflamación de las encías (gingivitis).
Por último, pueden aparecer problemas de tipo social, ya que las personas con frenillo corto no pueden realizar acciones tan sencillas como lamer un helado, lamerse los labios o besar con la lengua. También se pueden ver afectadas actividades como tocar un instrumento de viento.
¿Cómo saber si mi bebé tiene el frenillo de la lengua corto?
El diagnóstico del frenillo corto es clínico. Esto quiere decir que el médico pediatra o el odontopediatra puede detectarlo durante un examen físico. En otros casos, son los propios padres los que notan que su hijo tiene cierta dificultad para comer, hablar, incluso tragar, y lo llevan al profesional para tener el diagnóstico.
¿En qué momento debo llevar a mi bebé a un especialista?
Lo recomendable es que lleves a tu hijo al médico en los siguientes casos:
Si presenta síntomas de frenillo corto que interfieren con el proceso de lactancia.
Si un especialista del habla y el lenguaje ha determinado que tiene estas funciones afectadas por un acortamiento del frenillo.
Si ya es mayor y empieza a quejarse de que el frenillo lingual interfiere con su alimentación, habla o alcance de las muelas.
¿Cómo se diagnostica un frenillo corto lingual?
Para poder establecer que la longitud del frenillo lingual es menor a los parámetros normales y que está produciendo un trastorno, hay que evaluar el grado de movilidad de la lengua. En este análisis se estudia la capacidad de la misma para:
Extenderse más allá del labio inferior.
Alcanzar el labio superior o el paladar con la punta de la lengua estando la boca bien abierta.
Efectuar movimientos transversales de una comisura de la boca a la otra sin necesidad de deformarse (lateralización).
La elevación parece ser el movimiento lingual que más influye en la lactancia, por lo que debería pesar más que los demás parámetros a la hora de valorar la anquiloglosia.
Hay señales que que nos pueden hacer sospechar que el bebé sufre de frenillo lingual:
Retrognatia evidente: la mandíbula inferior se encuentra en una posición notablemente retrasada con respecto al maxilar superior.
Callo lingual: la excesiva fuerza que hace el bebé para agarrarse el pecho le ocasiona ampollas por el roce.
Movimientos irregulares de la lengua: cuando el bebé llora, la lengua no se mueve de manera simétrica, sino que se alza o se comba de diferentes zonas.
Chasquidos: durante la succión, el bebé hace ruidos con la lengua muy característicos. Indican que a veces la lengua no puede mantener el agarre.
Paladar ojival o estrecho: en reposo, la lengua no puede posicionarse correctamente y va modificando las estructuras orales. El maxilar superior se estrecha formando una V, y el paladar paralelamente se hunde, lo que le confiere un aspecto profundo. También se pueden producir maloclusiones (apiñamiento de las piezas dentales o rotaciones de las mismas).
Diastema en los incisivos inferiores o pequeñas ulceraciones por el constante rozamiento con la lengua.
Si se requiere un análisis más riguroso del frenillo lingual corto se puede usar la Herramienta de Hazelbaker [pdf]. Fue desarrollada por la doctora Alison Hazelbaker para ofrecer una evaluación cuantitativa de la anquiloglosia y poder recomendar así la necesidad o no de liberar la lengua mediante frenotomía.
Mide tanto la funcionalidad como la apariencia de la lengua. Puntuaciones de 11 y 8 respectivamente señalan la necesidad de intervención.
Tratamientos para un frenillo lingual corto
La mayoría de bebés con frenillo corto NO necesitan un tratamiento. Puede que no se de ningún síntoma de anquilosis y que la longitud del frenillo aumente de forma natural. De no ser así, existen dos tratamientos:
Conservador: consiste en realizar ejercicios para estimular la elongación del frenillo con ayuda de un logopeda. Este además ayuda a corregir los efectos negativos del frenillo corto en el habla.
Quirúrgico: se denomina frenectomía lingual y se trata de cortar el frenillo de la lengua para liberarla. La realiza el especialista en cirugía oral mediante bisturí, tijeras o láser.
En el lactante, si se presenta el caso de que el frenillo corto complica el proceso de la amamantamiento y no mejora modificando la postura de enganche, habrá que plantearse el tratamiento quirúrgico.
De todas formas, existen algunas discrepancias entre los profesionales a la hora de tratar esta afección. Mientras algunos consideran la cirugía como una solución definitiva, otros optan por el tratamiento conservador para evitar una intervención quirúrgica al bebé.
Preguntas y respuestas frecuentes sobre el frenillo lingual
¿Causa dolor en el frenillo de la lengua la anquiloglosia?
No provoca dolor al bebé, pero sí puede causarle muchas molestias dependiendo de lo corto que sea el frenillo y hacer que se sienta irritado o frustrado.
¿La anquiloglosia afecta a la lactancia materna?
No necesariamente. En algunos casos de “lengua atada”, el movimiento lingual limitado dificulta la succión y deglución, pero en la mayoría no produce ningún síntoma.
Así que si tienes algún problema para amamantar a tu hijo, te recomendamos que acudas a un especialista, ya que estos problemas son bastante comunes y pueden deberse a otras causas que nada tienen que ver con el frenillo.
¿Es necesaria la cirugía?
Depende del caso. La mayoría no requiere tratamiento o bien puede corregirse de manera conservadora a través de terapia y ejercicios.
¿La frenectomía requiere anestesia?
Sí, en muchos casos la cirugía del frenillo lingual puede hacerse de forma ambulatoria con anestesia local.
En otros, es necesario llevarla a cabo en un quirófano de un hospital y bajo anestesia general. Para prevenir la formación de tejido cicatricial, puede requerirse un procedimiento quirúrgico llamado cierre con plastia en Z.
¿Tiene riesgos la frenectomía lingual?
La operación del frenillo corto es sumamente sencilla y lo normal es que no genere mayores complicaciones. Sin embargo, en algunos casos se puede generar inflamación en la zona o incluso pequeñas hemorragias.
Es importante seguir todas las recomendaciones para controlar la presencia de infección y dolor en la zona. Y pasada una semana tras la intervención, se debe acudir a revisión para comprobar que el proceso de cicatrización es el adecuado.
¿A qué edad se puede realizar la frenectomía?
A cualquier edad, incluso en bebés de pocos días si se considera necesario. Aunque muchos profesionales recomiendan esperar a una corrección natural durante el crecimiento. También es posible en adultos.
¿El tratamiento quirúrgico es eficaz?
Sí, siempre que esté bien indicado, después de que un especialista haya hecho un correcto diagnóstico y haya logrado determinar que el frenillo lingual era el causante de las dificultades en el amamantamiento, el habla u otras complicaciones.
Tras la cirugía, será necesario seguir las indicaciones médicas para lograr una correcta cicatrización y evitar que el frenillo se rompa.
¿Tiene alguna contraindicación la cirugía?
Sí, en niños que tengan una de las siguientes situaciones no es recomendable realizar frenectomía, ya que el frenillo lingual tiene un efecto protector, impidiendo que la lengua se vaya hacia atrás y obstruya las vías respiratorias:
Mandíbula muy pequeña (microretrognatia)
Lengua demasiado grande (macroglosia)
Bajo tono muscular (hipotonía)
¿Cuántos frenillos existen en la boca?
Existen 3: el frenillo lingual, el labial superior y el labial inferior.
¿Cuál es la función de los frenillos?
Estas bandas de tejido se encargan de unir a una parte fija del cuerpo una parte móvil, para así darle soporte y evitar que se salga de su posición natural.
Frenillo lingual corto (anquiloglosia): qué es, problemas derivados y tratamiento
Redactora especializada y estudiante de odontología. Tiene una aptitud innata para informar, escribir y comunicar de forma sencilla sobre todo tipo de problemas bucodentales. Gracias a ella, nuestros contenidos son mucho más comprensibles para la mayoría de los no profesionales del sector.
Graduada en odontología con una amplia experiencia en las ciencias morfo funcionales, es profesora de la Facultad de Odontología de la UC, coordinadora de la cátedra de Fisiología General y miembro de la Comisión Docente del Departamento de Ciencias Morfo funcionales de la UC.
Referencias
Stanford Children's Health:Anquiloglosia. Consultado el 16 de junio de 2019.